Tras la aprobación de unos presupuestos y medidas restrictivas, las mayores de los últimos tiempos, todo queda solapado. Esta semana hay fútbol. Del mejor nivel, supuestamente. No voy a entrar en la estéril discusión del "pan y circo" para la ciudadanía, creo que se puede combinar ambas cosas, todo en su justa medida, discrepar o apoyar las medidas y hablar con pasión racional de los partidos de fútbol.
Lo que ha pasado esta semana en la Champions es una muestra de la falta de humildad y del escaso aprecio de cierta "prensa" (¿cuántas comillas harían falta para remarcar la ironía?) a los rivales. Iba a tener lugar una final española. Era lo deseable, incluso lo más probable. Pero no era una certidumbre como se anticipó por ciertas personas. Hay que respetar al rival, por pequeño que sea, que en el caso del Chelsea y el Bayern Munich, no lo son, ni mucho menos.
Es curioso que en el caso del Barcelona, precursor de la calculada humildad y prudencia, se olvidara de esas virtudes, y el propio Guardiola dijera que iban a estar en la final, si o si. No sé si hubiera cambiado el resultado de haber adoptado otra actitud en la rueda de prensa previa pero extraña el cambio de actitud.
Tras la derrota ningún jugador atendió a la prensa inmediatamente. Era el dolor de quién se creía justo vencedor y mejor equipo. Luego reaccionaron, pero el dolor seguía instalado en ellos, y el daño psicológico puede durar, salvo que su entrenador motivador cambie eso.
En el caso del Real Madrid se apelo a la épica, que en tantas ocasiones le había dado tan buen resultado. Tal vez era uno de los factores a considerar. El otro, aprecio por el fútbol y dejar de lado calculadas estrategias. En ciertas ocasiones el fútbol no es ajedrez. Por querer convertirlo en un juego de mesa acabó siendo una partida de parchís en los penaltis, donde hay una mayor combinación de azar, más que de talento, aunque también.
Lo mejor fue la intervención del capitán del Real Madrid. Tanto en los penaltis como al finalizar éstos, hablando con la prensa con la suficiencia de quién ha realizado un excelente trabajo. De chico humilde de una población de extrarradio madrileña a señor del fútbol, todo un ejemplo, más si cabe siendo portero, puesto desagradecido en este deporte. Más le gustarían a otros tener las características de Casillas para ser el emblema del Real Madrid, conservando sus origenes, jactándose de ellos. Otros "sólo" pueden ser profesionales, renunciando al plano personal. Un futbolista es algo más que un gol, un regate o una parada. Algunos se olvidan, apoyados por la misma "prensa" que daba por hecho una final española en la Champions. Ahora resulta que la culpa es del calendario de la Liga. Siempre hay excusas.
Finalmente queda la Europa League (algunos seguiremos llamando a esta competición UEFA, como hay gente que llama al Carrefour aún Pryca). Mi reconocida filiación atlética me impide una visión con la debida imparcialidad, pero hay que destacar que en el partido de ida el Atléti se enganchó al fútbol, y enganchó a la gente, incluso a quienes no sienten sus colores. Espero que hoy siga dando buena muestra de talento y actitud y no renazca el apelativo del "pupas", aunque el Valencia no es rival menor, ni mucho menos, especialmente por su entrenador, quién ha conseguido mantener un más que óptimo nivel de una plantilla que perdía sus mejores jugadores año tras año.
De la otra semifinal que decir del Athletic de Bilbao. Ha conseguido enganchar durante su participación a todos los seguidores del fútbol. Con humildad, sacrificio y esfuerzo, y, sobre todo, buen fútbol. El punto de inflexión fue eliminar al subcampeón de Europa, el Manchester United. Desde entonces han creído en el acceso a la final, aunque tendrán que remontar. Los feligreses de la catedral, una pequeña aldea del verdadero fútbol inglés instalado en nuestra geografía, ayudará a ello.
Como se dijo alguna vez.......no sé que fútbol gusta a todo el mundo, pero tengo una ligera idea de qué fútbol le gusta a la mayoría.
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